Cuando hablamos de insomnio normalmente siempre se nos vienen tópicos a la cabeza. Sabemos que es algo vital para el día a día y que se recomiendan 8 horas de sueño. Sin embargo, hay mucha gente que no llega a esas horas. Si tú estás dentro de este grupo, lee este post para ver si reconoces alguna de estas causas.
Los ciclos del sueño
Es sumamente importante contar con una disciplina a la hora de conciliar el sueño. Si cada día cambiamos la hora a la que nos acostamos, el cuerpo se descontrola y no logramos que el cerebro descanse. Alterar los ciclos del sueño supone que nuestro organismo esté alerta provocando cambios en nuestra higiene del sueño.
Hábitos no recomendables
Existen hábitos que no ayudan a que puedas tener un sueño reparador. Tener la televisión encendida, las luces o el ruido de alrededor son algunos de los más comunes. Sin embargo, existen muchos más: comer demasiado antes de acostarte sin que pasen al menos dos horas, hacer demasiado ejercicio justo antes de irte a la cama… Evítalos y seguro, que tu sueño mejorará.
No al estrés
El ritmo de vida actual está marcado por la rapidez, el estrés y las prisas constantes. Los problemas del día a día, si no somos capaces de dejarlos a un lado a la hora de acostarnos, pueden ser nuestros peores enemigos para conciliar nuestro sueño. Relajación, pensamientos positivos o reparadores te ayudarán a despejar tu mente.
El lugar dónde duermes
Puede parecer una tontería, pero el lugar que elegimos para dormir cada día, es muy importante. Las características de tu colchón, de la almohada, incluso el tacto de la ropa de cama, pueden afectarte negativamente. Evitar que haya luz, respetar la oscuridad es fundamental para descansar al 100%.